De origen cristiano nuevo, esposa del senhor de engenho Heitor Antunes, con el que vivía en el engenho de Matoim. Según Vainfas, todas las hijas de este matrimonio se casaron con cristianos viejos. Al producirse la Visita de la Inquisición a Pernambuco y Bahía en 1591, estando Heitor Antunes ya muerto, Ana Rodrigues fue acusada de judaizar y llevada presa a Lisboa, en cuya prisión murió. Su proceso continuó, y sus restos fueron condenados a ser desenterrados y quemados junto con su retrato pintado. Según la confesión que hizo en Lisboa, murió rondando los cien años de edad. (VAINFAS, 2000: 12-13)