En su confesión del 3 de agosto de 1591, María Lopes se declaraba `Cristã-nova, natural de Évora, viúva, mulher que foi de Afonso Mendes, cirurgião de El-Rei, de idade de sessenta e cinco anos, moradora` en Bahia. Se confiesa por sacarle la sangre a las gallinas antes de cocinarlas y otras prácticas cotidianas que sospechaba, no ser correctas.
El 16 de agosto se vuelve a confesar, por haber dicho que el suicido era una muerte honrada.